Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) ha descubierto en un estudio los posibles mecanismos de control de la proteína Myc, un elemento que está alterado en todos los tipos de cáncer, ya sea de riñón, mama, pulmón, colon, piel o de cualquier otro tejido.
El ensayo, publicado en esta semana en el «EMBO Journal», ha descubierto en pruebas con moscas que la maquinaria de microRNA controla los niveles de Myc a través de la molécula Mei-P26. Los microRNA (miRNA) son pequeñas moléculas que representan menos del 1 por ciento del genoma humano, pero tienen un papel clave en el funcionamiento de la célula ya que son capaces de anular o modificar multitud de genes. De hecho, altos niveles de ciertos microRNA provocan cáncer.
En estudios anteriores realizados en ratones, se demostró que la proteína Myc controla los niveles de miRNA de las células, y ahora los científicos descubren en moscas que los miRNAs afectan los niveles de Myc. En este sentido, el estudios del IRB sugiere la existencia de "un mecanismo muy fino por el cual los miRNAs y Myc se regulan mutuamente", explicó el director del estudio, Marco Milán.
La teoría es que las células utilizan este mecanismo para mantener los niveles óptimos de miRNA y de Myc, indispensables para la buena marcha del organismo, pero evitando a su vez que se vuelvan peligrosos. A este respecto, los investigadores dieron con el nuevo mecanismo de regulación eliminando los 150 miRNA que tiene la Drosophila, el tipo de mosca estudiado, en un ala en desarrollo.
Sin miRNA obtuvieron un tejido de características muy similares a cuando se elimina Myc: el ala es más pequeña, las células son más pequeñas y no se dividen bien. "Myc es una suerte de director de orquesta del crecimiento de los tejidos, también de los sanos, y como las características del ala eran muy parecidas en los dos casos, pensamos que los miRNAs y Myc estaban relacionados; y acertamos", explicó Héctor Herranz, investigador postdoctoral en el IRB y primer autor del artículo.
Nueva vía en el estudio del cáncer
La disección del mecanismo molecular puso de manifiesto que la pieza clave en el círculo de control es Mei-P26, una molécula que los científicos sabían que interviene negativamente en la regulación de Myc en ratones. En las células sin miRNA, suben los niveles de Mei-P26 y baja Myc. "Hemos cerrado el círculo de este mecanismo de regulación de Myc, situando en el diagrama a los miRNA", dijo Herranz.
Dado que los miRNA, Mei-p26 y Myc tienen homólogos en ratones y humanos, y alteraciones en los niveles de estos homólogos causan tumores, los investigadores sugieren que este mismo mecanismo de regulación de Myc "podría darse en organismos superiores, lo que de confirmarse abriría nuevas vías en el estudio del cáncer", añadió.
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